martes, 11 de agosto de 2009

Cuento del aula 201

Bueno, en esta larga ausencia me senté a escribir y aqui les traigo mi última obra, quiero agradecer a Eugy por las correcciones y por toda la buena onda.

Era una fría tarde de agosto cuando Daniel tocó la puerta del aula, pues el profesor Murray lo había invitado a tomar el té.
Murray era profesor de botánica, sin embargo y en secreto también se dedicaba a la alquimia y hacía mucho tiempo que daba esta materia en la facultad.
Ni bien Daniel entró al aula para buscar al profesor, se encontró con que la clase de botánica aún no había terminado.
Cuando finalizó Murray lo saludó y se dirigieron hacia la cafetería. Ya en la cafetería se sentaron y comenzaron a hablar, Daniel se preguntaba el motivo de la misteriosa invitación, pero decidió no preguntar, en vez de eso se aprestó para escuchar lo que su profesor le contaría.
Luego de unos minutos de silencio Murray se dirigió a su alumno diciendo: imagino que te preguntarás ¿Por qué te he invitado?, mira ya hace tiempo que te observo y creo que tienes facultades para la alquimia, sin embargo no es para hablarte de eso que estoy aquí, sino para advertirte de que la alquimia como todo, tiene sus secretos, muchas personas se han perdido en la interminable búsqueda del elixir la vida, ten cuidado Daniel.
Daniel se quedó en silencio por un tiempo, no entendía muy bien lo que su profesor le decía, sin embargo era verdad que lo intrigaban los caminos de la alquimia y que a veces lo aburrían las clases de botánica, pero asistía a ellas porque sabía que debía cursarlas si quería recibirse, al menos de licenciado en química.
Cuando terminaron de merendar el mentor se despidió de su aprendiz y se fue, Daniel se quedó pensando un momento, pero concluyó que ya era hora de volver a casa.
Al día siguiente Daniel se levantó como todos los días, desayunó y partió hacia la facultad, al llegar se encontró con sus amigos Marcelo y Andrés, que le dijeron que tenían que entrar al aula de sociedad y estado. Al finalizar la clase los tres amigos se encontraron en el pasillo que daba la puerta del aula e iban a emprender la partida hacia las dársenas donde se encontraban los colectivos que los llevarían a sus casas, cuando de repente algo les llamó la atención, al final del pasillo había una puerta, los tres se dirigieron hacia ella. Cuando llegaron, la abrieron y vieron unas escaleras, Marcelo y Andrés miraron sus relojes y se despidieron de Daniel, pues se tenían que ir, Daniel luego de ver irse a sus amigos decidió bajar las escaleras para explorar, al bajar encontró otro pasillo, pero esta vez encontró solo una puerta que decía aula 201, Daniel se acercó y vió que en la entrada había un atril en donde había una lista con nombres, entre los cuales se encontró. Al ver esto Daniel se quedó sorprendido un momento, luego subió las escaleras y se fue a su casa pensando ¿Por qué figuraba en esa lista y que significaba eso?.
Al día siguiente Daniel se levantó un poco mas tarde que lo habitual, ya que no tenía que ir a la facultad, tomó su desayuno y se fue a caminar, se detuvo en una plaza, se sentó en una hamaca y se empezó a hamacar, cuando paró de hamacarse se puso a pensar en lo de la lista del aula 201 y lo que le había dicho el profesor Murray, luego de mucho pensar volvió a casa sin repuestas. Esa noche Daniel casi no pudo dormir, el tema ya lo estaba empezando a obsesionar.
A la mañana siguiente Daniel fue a la facultad, pues tenía clase de química, a Daniel le gustaba esta clase, pues después de todo si quería ser químico le gustaba la química, cuando llegó al establecimiento, le contó a sus amigos lo que había sucedido, estos al escuchar a Daniel decidieron ir a explorar después de la clase de química a la que debían asistir de inmediato, en la clase a Daniel le costó trabajo prestar atención, pues estaba pensando en lo que encontraría dentro del aula 201. Ya finalizada la clase, los tres amigos se abrieron paso por el pasillo central, y luego tomaron por el pasillo al que daba el aula de sociedad y estado y luego a la misteriosa puerta, bajaron las escaleras, pero esta vez no encontraron ni atril ni puerta, solo un jardín, el aula ya no estaba, Marcelo y Andrés no le creyeron a Daniel y se fueron luego de decir que no tenían tiempo para perder. Daniel, ya se estaba por ir cuando vio una tenue luz que brillaba a lo lejos y se dirigió a ella, el camino lo llevó a subir una escalera y allí estaba, el aula 201 se había movido, pero aún tenía el atril que lo mencionaba entre otros nombres que desconocía.
Sin perder un segundo Daniel tomó el viejo picaporte y abrió la puerta del aula encontrando varias mesas y anaqueles que contenían varias pociones que supuso tenían muchos años, siguió investigando, buscaba algo que le explicara ¿Por qué se encontraba en la lista? Cuando vio que alguien entraba en la habitación, Daniel se escondió detrás de unas cajas, la persona que había entrado era de complexión delgada, dedos largos y parecía estar buscando algo en los anaqueles, después de mucho buscar levantó una poción y se la guardó en el bolsillo, cuando se estaba por ir descubrió a Daniel, lo sujetó y le preguntó ¿quien era?, Daniel asustado le contestó que era un aprendiz de alquimista, el intruso sacó un cuchillo de su pantalón lo puso en la espalda de Daniel y le pidió que camine, el intruso estaba detrás de él, se dirigieron hacia el centro del jardín, donde había una fuente, al llegar el intruso le dijo a Daniel que lamentablemente lo tendría que matar después de lo que había visto, alzó el cuchillo por encima del cuerpo del joven y cuando se lo iba a hundir en el pecho, irrumpió el profesor Murray montado en un halcón gigante, desenvainó una espada que había forjado aleando hierro y piedra filosofa fundida y apartó al intruso del joven aprendiz, el intruso se levantó y sacó otro cuchillo un poco mas grande y entabló la escaramuza con Murray, quien era diestro en el manejo de la espada, luego de un arduo y feroz combate que dejó como saldo la muerte del intruso, Murray le sacó la poción robada y preguntó a Daniel si estaba bien y ¿que estaba haciendo allí?, éste último le contó lo sucedido al profesor y le preguntó ¿Quiénes eran los de la lista?, a lo que Murray explicó que esa lista contenía los nombres de las personas que buscando elixir la vida se perdieron, también explicó que quizás halla aparecido por error Daniel en esa lista. Por último Murray le dijo a Daniel que el intruso era una persona que buscaba no morir, a veces la gente se aferra tanto a la vida que morir ya no es natural y el no morir se convierte en una obsesión que te lleva a hacer hasta lo indecible.
Dik.